“No sé qué hacer con mi vida” fue lo primero que pensé cuando llevaba 10 años trabajando en algo que no me gustaba.
Lo que había empezado siendo solo un trabajo para estudiante, se había convertido en un empleo a jornada completa, con contrato fijo, en el que llevaba atrapado una década.
Me sentía desmotivado, como si fuese un hámster dentro de su jaula, girando sin parar la noria. Incluso me entraban ganas de llorar cada vez que sonaba el despertador, porque el nuevo día que empezaba me iba a tener anclado durante 9 o 10 horas a un trabajo que cada vez me desagradaba más.
Todos los días me ponía el traje y la corbata y salía corriendo para montarme en el coche, mientras pensaba que aquello no era vida, que no quería pasarme toda la existencia —o una gran parte de la misma— desempeñando una profesión que cada vez odiaba más.
Según me dirigía hacia el trabajo, mis pensamientos se centraban en frases como “no me gusta mi trabajo”, “no sé a qué dedicarme que de verdad me llene” y “tengo 35 años y no sé qué hacer con mi vida”.
Tenía claro que me encontraba en plena crisis existencial. Sin embargo, no me atrevía a dar el paso de dimitir para buscarme la vida en otra parte, por el miedo a perder un trabajo fijo y bien remunerado.
Menos mal que la crisis económica vino en mi auxilio…
No sé qué hacer con mi vida, pero necesito un cambio profesional
El mundo está lleno de oportunidades.
Desde la aparición de Internet, los negocios online han experimentado un auge tremendo. Y si tienes menos de 30 años, seguramente no concibas la posibilidad de trabajar sin Internet, sin estar en permanente conexión, con todo el mundo al alcance de tu mano.
Pero hubo un tiempo en el que las cosas no eran tan fáciles.
Antes de la implantación de Internet, si querías trabajar tenías dos opciones:
- Aceptar las ofertas de empleo disponibles en tu ciudad, que no siempre eran las más atractivas ni las mejor pagadas.
- Mudarte a una ciudad o a un país más grande, para acceder a una gama más amplia de ofertas.
Desde entonces hasta ahora, el mundo ha cambiado mucho y hoy en día todo el que quiera puede trabajar de lo que más le guste, independientemente del lugar en el que viva.
De hecho, en estos tiempos —más aún en plena pandemia— es completamente indiferente el lugar de residencia para acceder a buenas ofertas de empleo.
Conozco, por ejemplo, varios casos de personas que han aprovechado que en su empresa era obligatorio teletrabajar, a raíz del confinamiento, para abandonar la gran ciudad y regresar a su pueblo de origen. Porque ahora basta con tener un ordenador y una conexión a Internet para poder hacer casi cualquier trabajo.
Cada vez son más, por ejemplo, los nómadas digitales que deciden recorrer el mundo sin preocuparse por tener una residencia fija o una oficina en la que trabajar. Hoy pueden estar en Bali y mañana en Tailandia. Y con su ordenador portátil van buscando cafeterías con wifi o centros de coworking para poder prestar sus servicios a sus clientes.
Otra opción muy habitual es emprender negocios rentables: en algunos casos gestionando tiendas online; y en otros haciendo dropshipping para generar ingresos estables sin necesidad de disponer de almacenes o stocks (algo fundamental si quieres compaginar negocios online y viajes).
Como estás viendo, son muchas las ideas de negocio para ganar dinero. Pero estas oportunidades han ido surgiendo en los últimos años.
En cambio, cuando yo vivía mi crisis existencial —en la que no sabía qué hacer con mi vida ni cuál era mi rumbo—, no había tantas posibilidades para generar ingresos pasivos ni para buscarse la vida en el mundo digital como ahora.
Quizás por eso no me atrevía a dar el paso.
Tuvo que ser la coyuntura económica la que me diese una patada en el culo. Así que en plena crisis me ví en la calle y pensando “no sé qué hacer con mi vida profesional”.
Tan solo tenía claro que me gustaba escribir y sentía pasión por el mundo del marketing digital.
Con esas premisas, me puse a investigar en Internet y a formarme en casi todos los cursos que tuviesen que ver con SEO y SEM, marketing de contenidos o copywriting. Y gracias a otras formaciones específicas sobre copywriting y marketing de contenidos, ahora me dedico profesionalmente a lo que de verdad me gusta.
Aunque te encuentres confuso, deprimido o asustado, ahora te toca a ti tomar las riendas de tu vida y decidir lo que quieres hacer con tu futuro. Porque la clave para salir de una crisis existencial es evitar que la vida te de una patada en el culo cuando menos te lo esperas. Te lo digo por experiencia: si te anticipas al puntapié, estarás mejor posicionado para recuperar tu rumbo profesional.
No cabe duda de que cuesta tomar decisiones en momentos vitales complicados. Si te preguntas qué hacer cuando no sabes qué hacer, si no sabes a qué dedicarte o qué hacer con tu vida, lee atentamente este post, porque quiero ayudarte a afrontar tu crisis existencial.
Indicios de que te encuentras en plena crisis existencial
Tienes que partir de la base de que es normal sentir algo de miedo cuando surge la incertidumbre. De lo contrario, serías un temerario irresponsable. Pero debes esforzarte para no sucumbir a la presión ni dejarte llevar por el miedo.
Sé que es difícil, porque por tu cabeza se pasean pensamientos como:
- “No sé qué hacer con mi vida”.
- “No sé a qué dedicarme”.
- “No sé lo que quiero en mi vida”.
- “No sé qué hacer con mi vida laboral”.
- “He perdido mi rumbo”.
- “Tengo 20 años (o 35, o 40, o 50 años) y no sé qué hacer con mi vida”.
Incluso es posible que tu crisis existencial sea todavía más grave y que llegues a sentir que no encajas. Hasta cabe la posibilidad de que la depresión se haya apoderado de ti y solo puedas decirte a ti mismo: “ya no me siento a gusto en este mundo”.
En esos casos los pensamientos sombríos pueden llegar a dominarte, con lo que es posible que necesites recurrir a la ayuda de especialistas.
Entre los síntomas más habituales para saber que estás inmerso en plena crisis existencial, destacan los siguientes:
- Te sientes perdido: no sabes qué rumbo seguir en tu vida, porque has perdido la motivación personal o profesional.
- Te encuentras muy triste: te cuesta levantarte de la cama porque no hay nada que te haga ilusión y no encuentras motivos en tu vida para sonreír o ser feliz.
- Necesitas hacer un cambio: te estás planteando qué hacer con tu vida porque deseas una vida diferente a la que tienes.
- Notas una gran insatisfacción: cuando tu trabajo no te llena, lo más probable es que te sientas hastiado, sin motivación ni ganas de afrontar el día a día.
- No puedes dormir por las noches: aunque estás cansado, te pasas la madrugada en vela, sin pegar ojo, porque estás todo el rato dándole vueltas a tus problemas.
- Cada vez estás más frustrado: como no te gusta tu trabajo, empiezas a sentir frustración e irritabilidad. Incluso es posible que tu relación con tus compañeros haya empeorado. Y si la cosa ha empeorado, tal vez estás inaguantable y no sabes cómo actuar cuando te hacen el vacío en el trabajo.
Todos estos indicios son una alerta clara de que te encuentras en plena crisis existencial por culpa del trabajo.
Qué hacer cuando no sabes qué hacer con tu vida - 6 estrategias de lo más efectivas
A continuación voy a aportarte mi granito de arena —desde un punto de vista personal y a través de mis propias experiencias— sobre cómo superar una crisis existencial a los 40.
No olvides nunca que te encuentras ante la mejor oportunidad para construir la vida que realmente quieres y que siempre has deseado (esa que te imaginabas cuando eras pequeño y decías lo que querías ser de mayor).
No quiero ser pesado con el rollo ese de que en chino —dudo si el término realmente es japonés— la palabra “crisis” significa “oportunidad”. Pero necesitas aprovechar los momentos vitales como en el que te encuentras ahora mismo para hacer que tu vida tenga más sentido.
Recuerda que nunca es tarde para dar un golpe de timón y cambiar el rumbo.
1. Sé positivo
Si te encuentras en una encrucijada vital, cuando estás pensando “no sé qué hacer con mi vida” y no sabes qué rumbo seguir, lo primero que tienes que hacer es ser positivo.
El optimismo ayuda a tomar mejores decisiones.
Así que confía en tus capacidades y empieza a pensar en positivo, ya que con un poco de reflexión seguro que tomas la mejor decisión.
Ya sé que tienes miedo a la incertidumbre y que tal vez puedas perder muchas cosas si tomas una decisión equivocada.
Por esa razón yo estuve mucho tiempo atado a un trabajo que no me gustaba. Consideraba que no me podía arriesgar a probar otra cosa, porque tenía un sueldo fijo y un contrato indefinido. Hasta que llegó la crisis y mi puesto de trabajo se esfumó.
Y gracias a ese shock, descubrí una profesión que me llenaba mucho más. Porque poder escribir en los blogs de mis clientes —y cobrar por ello—, diseñar sus estrategias de contenidos y generar textos persuasivos para que mejoren sus ventas, era lo que siempre me había gustado y nunca me había atrevido a confesar.
Con esto quiero decir que el futuro está por escribir y que puede haber cosas malas… Pero también hay cosas maravillosas esperándote.
2. Reflexiona sobre tu vida
¿Has pensado alguna vez en cuál es el trabajo de tus sueños?
Tal vez estás esperando algún consejo mágico sobre qué hacer cuando no sabes qué hacer con tu vida. Al fin y al cabo, si has llegado hasta aquí, es evidente que buscas soluciones.
Pero si quieres saber cómo superar una crisis existencial, sobre todo cuando viene causada por una insatisfacción laboral, deberás hacer algo de introspección y escuchar tu propia voz interior.
Y para ello, lo mejor es dedicar el tiempo suficiente a reflexionar sobre tu vida y tu actitud ante ella.
Por lo tanto, yo te recomiendo que hagas un ejercicio de visualización acerca de cómo sería tu vida ideal. Relájate y empieza a imaginar en tu mente cómo te gustaría vivir si solo dependiese de ti. Piensa en qué ciudad te gustaría vivir, en qué barrio, cómo sería tu casa, tu familia… y también cuál sería tu trabajo ideal.
Pero analízalo tranquilamente, sin prisas, desde todos los puntos de vista.
Si te cuesta concentrarte lo suficiente como para hacer una visualización efectiva, prueba a escribir una especie de cuento o relato en el que tú seas el protagonista. De lo que se trata es de fantasear con todo lujo de detalles acerca de la vida que sueñas.
Ya verás cómo, cuando dejes pasar unos días, sin apenas darte cuenta, habrás reflejado por escrito las líneas básicas de tu planeación estratégica para cambiar de vida.
3. Fórmate para recuperar el rumbo de tu vida
Hoy en día la formación es más importante que nunca porque hay una considerable cantidad de nuevas habilidades —muchas de ellas digitales— que conviene adquirir, si lo que quieres es darle un giro radical a tu vida profesional.
Lo bueno es que la oferta online de cursos y masters es también muy amplia, Por no hablar de toda la información que puedes encontrar gratuitamente si te pones a hacer búsquedas en Google.
Por ejemplo: si quieres estudiar online temas relacionados con el dropshipping o el ecommerce en general, tienes en español infinidad de cursos relacionados con esta temática. Así que si el mundo del comercio electrónico te llama la atención, puede ser una buena idea que te formes en esta área.
4. Deshazte de los frenos mentales
Seguro que en alguna ocasión has pensado: me encantaría hacer “algo en concreto” pero no puedo por “tal motivo” (sustituye “tal motivo” por “es peligroso”, “no tengo dinero”, “es una locura”...).
En general, los seres humanos somos los peores saboteadores de nuestros sueños.
A la hora de ponernos trabas e impedimentos nos bastamos solos, porque todos llevamos dentro a un Pepito Grillo que nos dice que hay cosas buenas y cosas malas. Y algunas cosas no debemos hacerlas porque son malas…
Para que te hagas una idea de lo puñetera que es nuestra mente, te contaré el caso de una amiga con la que estuve hablando hace poco tiempo, porque me dijo que no sabía qué hacer con su vida.
Había estudiado la carrera de Bellas Artes; y posteriormente había ampliado su formación con varios módulos de fotografía, joyería y pintura.
Tras quejarse de que no encontraba trabajo, le pregunté qué era lo que le gustaría hacer. Ella respondió que ser pintora (de brocha fina 😉).
Entonces le propuse que aprendiese cómo hacer una web para vender su arte online. Pero su respuesta fue que eso era mucho lío. Y que además no quería darse de alta como autónoma sin saber si sería capaz de vender los suficientes cuadros...
Ella sola empezó a ponerse pegas para sabotear sus propios sueños.
Así que si quieres hacer lo que te gusta, te tienes que olvidar de esos frenos mentales que todos tenemos.
5. Haz lo que te gusta de verdad
Si hay algo que te gusta, ¿por qué no lo haces?
Cuando yo dije que quería vivir de escribir, me dijeron que eso era imposible en España. Pero, incluso así, me empeñé y ahora puedo disfrutar de mi sueño de ser copywriter.
Pues lo mismo sucede contigo: tal vez estás harto de trabajar para otros y te gustaría ser un emprendedor exitoso, pero no te atreves a montar un negocio porque la situación económica está complicada.
Ten siempre presente que la incertidumbre es consustancial a cualquier emprendedor. Así que lánzate ya y empieza a trabajar en el estudio de mercado de tu nueva empresa (así sabrás si tu idea es realmente viable o no).
En mi opinión, si no haces lo que te gusta de verdad, siempre estarás insatisfecho y cada cierto tiempo te lamentarás con esa frase que repites tantas veces: “no sé qué hacer con mi vida”.
En realidad, sí que sabes qué hacer con tu vida, pero no te atreves a tomar la decisión de cambiar de trabajo por miedo a equivocarte.
6. Inspírate en personas de éxito
La mejor forma de encontrar un nuevo rumbo profesional es inspirarte en otros que han seguido el mismo camino que tú quieres seguir y han alcanzado el éxito.
En todas las profesiones hay personas inspiradoras, que irradian felicidad y que disfrutan con lo que hacen. Y además son buenos en su trabajo.
Pues fíjate en ese tipo de personas y aprende qué es lo que han hecho para llegar hasta la posición en la que se encuentran hoy en día.
Cuando decidí dedicarme profesionalmente a la redacción y al copywriting, lo primero que hice fue seguir en las redes sociales más populares a unos cuantos profesionales que admiraba. Y además me suscribí a sus newsletters, ya que muchos ofrecen contenidos más cercanos y personales, que superan con creces el objetivo inicial propio del email marketing.
Con el paso del tiempo, a muchos los he llegado a conocer personalmente e incluso hemos colaborado en algunos proyectos. Y en todos los casos les he terminado confesando que sentía por ellos algo de envidia sana, y que su ejemplo profesional me sirvió de inspiración para reinventarme y seguir sus pasos laborales.
Otra opción, en caso de que te sientas atraído por el ecommerce, es revisar e investigar las tiendas Shopify más exitosas e inspiradoras, para aprender lo que hacen bien y tomarlas como referencia para tu propio negocio.
No me gusta mi trabajo: prueba el dropshipping
Espero que estos consejos y estrategias te sirvan para ordenar tu cabeza y así encontrar de nuevo tu rumbo.
Como has podido ver en este artículo, nosotros consideramos que una buena forma de crear un negocio online rentable y con poca inversión es el dropshipping.
Si haces dropshipping con la aplicación DSers para Shopify, podrás comercializar en tu propia tienda online una infinita gama de productos, que no necesitas almacenar en tu stock. Y ni siquiera tendrás que pagar estos productos hasta que no se vendan, con lo que puedes dirigir todos tus esfuerzos al marketing y la promoción.
El dropshipping, por tanto, es una de las formas de emprender más cómodas y menos arriesgadas que existen hoy en día. Y gracias a DSers ni siquiera tendrás que perder el tiempo aprendiendo a manejar herramientas de gestión complicadas y poco intuitivas.
En lugar de eso, tan solo tienes que seleccionar los productos para vender online que consideras que van a funcionar mejor y empezar a facturar.
¿No crees que el dropshipping puede ser una buena forma de hacer algo relevante y enriquecedor con tu vida profesional?